EPÍLOGO # 1 – Retomando la vida
La vida se construye a través de experiencias, buenas o malas. Lo importante es haberlo intentado, haber arriesgado un poco para ganarlo todo. Se sufre, se llora, pero también se ríe y se celebra… el fin de un camino justifica la aparición de otro, de nuevas decisiones, acciones y una búsqueda sin cesar de un futuro donde las promesas se cumplen aunque estén acompañadas de decisiones difíciles….
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En el rincón del recinto… una mano tembló ligeramente, el ruido hizo que la inconsciencia comenzara a desaparecer… la garganta seca, el aire caliente, náuseas y un cuerpo casi de plomo era todo lo que percibía… se obligó a despertar más; estaba vivo, casi al filo de la muerte pero lo suficiente para entender dónde estaba y con quiénes estaba…se movió lento; cada músculo gritaba en silencio, era todo lo que podía hacer; arrastrarse… llegar, aquellas palabras, no quería escucharlas de él… habían peleado mucho para este día, que debían celebrar… pero estaban ahí, pendiendo de un hilo. Ver la escena, el querer perderlo todo de nuevo, no pudo evitar sollozar en silencio mientras se obligaba a moverse…sus pies temblaban pero lograron ponerlo de pie mientras se sostenía de la pared… era más determinación y voluntad que movimiento natural…tenía que alcanzarlo…
A rastras, obligándose a moverse, solo una idea lo mantenía lúcido: alcanzarlo. No podía permitir que Endou hiciera algo irreversible.
Las palabras de Nakamura seguían resonando: provocadoras, crueles, letales.
La vista le fallaba, los oídos le zumbaban, pero pudo ver esa silueta conocida de espaldas, de rodillas, vencida. Endou. Había tanto dolor en su postura, tanta furia contenida que el solo hecho de mirarlo le heló la sangre. Fubuki se apoyó contra la pared, se impulsó como pudo. Cada paso era una batalla entre el colapso y la voluntad.
—N-no lo hagas... —susurró, su voz apenas un hilo entrecortado por el llanto y el dolor.
La sangre le caía por la sien, mezclándose con las lágrimas
— Por favor…
Lo abrazó desde atrás, con brazos temblorosos, manchando la chaqueta de Endou con su sangre.
Y aun así, no lo soltó.
Endou se quedó inmóvil por un segundo. Luego giró bruscamente, y al ver el rostro ensangrentado de Fubuki, su expresión se desmoronó.
El alivio, la incredulidad y el terror se mezclaron en un solo suspiro.
—Estás vivo… estás vivo —balbuceó, tomándolo entre sus brazos con la misma desesperación con la que uno sujeta un recuerdo que se desvanece.
El abrazo fue torpe y doloroso, pero contenía toda la fuerza de los días perdidos, de las lágrimas guardadas, del infierno compartido.
—S-sé… que suena… loco… —Fubuki hablaba con dificultad, jadeando entre frases—. Pero… no dejes… que esto… te arruine…
Endou apretó los dientes, sintiendo un nudo en la garganta
—No deberías estar esforzándote —dijo, la voz cargada de rabia y tristeza—. Te ha hecho daño. A ti, a todos. No importa si no salimos de esta. Te cuidaré hasta el último respiro —añadió, dejándose caer junto a él en el suelo, sin soltarlo.
—Así lo han querido… basura inútil —escupió Nakamura desde el otro extremo del lugar—. Será lento. Y doloroso.
Pero entonces, la puerta estalló con un estruendo metálico.
Gritos.
Disparos.
Órdenes mezcladas con insultos.
Todo fue caos.
Una sombra cayó sobre ellos, y por un instante, Endou creyó que era el fin.
— ¡No los toquen! ¡Retiren al agresor! ¡Tenemos dos heridos críticos! —vociferó alguien.
Endou sintió que lo apartaban con cuidado.
Quiso resistirse, pero alguien lo detuvo con suavidad.
—Está bien. Ya están a salvo —dijo una voz firme, masculina— Vamos a llevarlos al hospital. Lo prometo, no voy a separarlos.
— ¿Hospital…? —Murmuró Endou, con la mirada pérdida—. ¿No estamos… muertos?
—No. Pero estuvieron cerca.
Sus cuerpos colapsaron. Las camillas llegaron. Las manos enguantadas trabajaban con rapidez. Voces médicas entrelazaban números y términos técnicos.
—Presión inestable. Ritmo irregular. Perforación probable. ¡Oxígeno, ya!
El dolor fue sustituido por un sopor artificial.
Pero antes de perderse del todo, Endou sintió un leve tirón: la mano de Fubuki, aferrada a su manga, aún lo sostenía.
No era un momento alentador para ninguno de los dos… sus heridas estaban al borde y los moretones estaban formándose en su cuerpo… y la noticia del final de la tarde se hizo presente en el país:
“Endou Mamoru y Fubuki Shirou son rescatados, pero su estado es grave”
“Todo apunta a una venganza tras los eventos del Fith Sector”
“Su pronóstico es reservado”
“La pesadilla se acabó pero hay incertidumbre, no se sabe qué pasará con Endou y Fubuki…”
Titulares que rondaban mientras en el hospital todo era un ajetreo constante, revisiones, exámenes, bombas de oxígeno, suturas, radiografías de cuerpo completo, electrocardiogramas, Tacs… todo en una apuesta para encontrar una forma de salvarlos… Yoshikawa llegó corriendo junto a Kidou y Natsumi, todo fue un caos que le carcomía el alma, quería gritar y exigir lo mejor para ellos dos; su amigo y su cliente estaba al borde de la muerte y su mente le daba vueltas; ¿cómo no pudo verlo antes? ¿Eres un abogado, cierto? ¿Qué te faltó revisar?
Pero no era momento de colapsar, se frotó los ojos y acomodó el cabello…
— Puedo quejarme luego – se dijo serio – ahora necesito sacarlos adelante como sea –
Las horas pasaron, Endou y Fubuki estaban en cirugía exploratoria, tenían heridas internas leves pero que debían ser tratadas con el mayor cuidado posible para salvarlos… la espera en aquella sala fría era desoladora…Natsumi a veces no podía contener las lágrimas, los hombros le temblaban y sus manos apretaban con fuerza su abrigo….Kidou intentaba respirar para mantener la calma, pero el pecho le dolía, se sentía ahogado y lleno de miles de cosas que le invadían la mente… pero intentaba con toda su voluntad no quebrarse… no podía, no ahora… repetía como un mantra…
Pasada la media noche, dos médicos llegaron a la sala…
— Familiares de Fubuki Shirou y Endou Mamoru -
— Aquí – respondió Natsumi, con los ojos cristalinos, pero con un temple que consumía su energía –
— La cirugía de los dos fue un éxito – comentó uno de los médicos – Fubuki-san tenía una ligera hemorragia por desgarre de tejido, dos costillas dobladas del lado derecho y una herida abierta en la frente, podrá recuperarse pero debe guardar absoluto reposo – agregó –
— Y de parte de Endou-san, tiene buen pronóstico, sus heridas aunque complejas lograron ser intervenidas; fisura en las costillas, hematomas profundos, esquince leve en su tobillo derecho, y necesitó sutura en su cabeza a nivel de la sien. Reposo absoluto también - dijo el segundo médico – para los dos habrá una incapacidad de 6 meses como mínimo, depende de su evolución –
— ¿Habrá secuelas? – preguntó Yoshikawa –
— Si cumplen con las indicaciones médicas no debería, - respondieron – pero tan pronto despierten serán evaluados neurológicamente para descartar daños motores o cognitivos –
El parte médico era alentador, pero no quitaba la amargura del ambiente…
En la madrugada, Endou y Fubuki fueron llevados a una habitación compartida solo para los dos, allí luego de unas llamadas de Yoshikawa y Kidou la reserva y el cuidado era precisa y cuidadosa, las visitas estaban restringidas; solo podían verlos a través del vidrio panorámico que permanecía abierto… fueron las 72 horas más largas y dolorosas para todos…podían perderlo para siempre.
Las noticias solo hablaban de lo ocurrido, Nakamura fue llevado a prisión enseguida, estaba en los calabozos de la estación, pero su juicio fue inmediato; Yoshikawa fue más frío e implacable con él, contenía la ira al ver agresor de su amigo… la sentencia no tomó mucho tiempo… 45 años de cárcel por intento de homicidio, fraude y asesinato…
— A todo esto – dijo Yoshikawa - ¿Qué hiciste con el cuerpo de Gouenji-san? –
— ¡Ja! – escupió Nakamura – también quisiera saberlo –
La respuesta fue brusca pero logró activar una investigación, y de paso buscar a la persona que se comunicó con Endou el día que salió libre… Isogai se puso al mando de esa misión, pero no le tomó mucho…
Esa tarde mientras revisaba números y rastreos un hombre de mediana edad entró a la sala de inspección…
— Mucho gusto, Furuba Amon – se presentó de una forma tan cordial que Isogai tuvo cierto recelo –
— Mucho gusto, señor Furuba – dijo el inspector que se adelantó a saludar - ¿Qué necesita? –
— Oh, bueno – dijo el hombre con una sonrisa genuina – vengo a dar mi versión de lo ocurrido el 20 de octubre de este año, en horas de la tarde –
La sorpresa fue inmediata; era la fecha de juicio de Endou y el horario tan ambiguo daba a señalar lo ocurrido luego…
— Así es – dijo Furuba al ver sus caras – fui yo quien le dijo a Endou-san dónde estaba su amigo –
El ambiente fue tenso, casi cortante… Furuba estaba implicado en la conspiración más grande y aun así su figura lucía erguida, segura, la respiración sin ningún tipo de agitación…todo en él, daba escalofríos.
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Octubre 24 de 2015 – Clínica especializada de Inazuma
Natsumi estaba junto a Haruna en la cafetería de la clínica, se mantenía en vigía aunque no pudiera entrar a la habitación, su esposo y Fubuki seguían sin despertar; cada día su alma no podía de la incertidumbre, no comía mucho, no quería saber nada de juicios o cargos, quería que su esposo despertara y quería que Fubuki le sonriera a Tohru como lo hacía desde que nació…
El bebé estaba tan pequeño y ajeno a todo, la tribulación que pasaba era algo que no recordaría, era un alivio para su madre si lo pensaba un poco. El dolor que ha pasado con todo lo ocurrido no lo merece una criatura tan pequeña.
…………………………
Los monitores emitían un sonido constante, lleno de angustia, el silencio apenas era un indicio de la tranquilidad dentro de la sala… estaba iluminada levemente, las ventanas cerradas, cortinas a medio cerrar, una leve calefacción, dos cuerpos luchando por vivir de nuevo… y ligero respingo en uno, luego otro, y otro más… el monitor emitió una alerta silenciosa, leve, muda.
Un par de ojos cafés se abrían, opacos, cansados, desorientados…
La mente comenzó a mostrar rezagos; sangre, gritos, un estrado, una sensación de caída al vacío, una opresión en el pecho, la angustia de perderlo todo… de perderlo a él…
El cuerpo se puso alerta, las pulsaciones aumentaron sin cesar, y un fuerte salto lo dejó sentado, los ojos abiertos, sin mirar a nada, pero buscando algo, su mano se levanta al frente, quiere alcanzarlo, pero la imagen se borra, se diluye, y solo queda un rastro de lágrimas y sangre…
Intento hablar pero sintió una sensación pastosa en la boca, una tos repentina lo invadió, su mente intentó acoplarse y observar la realidad; ropa de hospital; una bata amplia, cerrada apenas a un lado, casi desnudo, cables en su pecho, dos goteos intravenosos que le hicieron moretón en los antebrazos y pliegues del codo. Una cobija gruesa lo cubría de la poca ropa que llevaba…
No paso mucho tiempo antes que entrara una enfermera, al verlo le sonrió con amabilidad y le indicó que no se moviera…estaba aturdido, con la boca seca…a duras penas entendía.
El médico a cargo llegó lo más rápido que pudo, pidió análisis y verifico los reflejos físicos, luego pasaron a las pruebas de escalas de Glasgow y RASS…
— ¿Dónde está Fubuki? – fue lo primero que preguntó Endou cuando pudo hablar –
— Fubuki-san está aquí – señaló la enfermera mientras corría una cortina – no ha despertado aún, pero creo que no tardará, ha tenido picos de respuesta mientras estamos contigo –
— Fubuki… - susurró Endou algo apagado - ¿Estará bien? –
— Sí, necesita tiempo, pero lo hará – dijo la enfermera – igual que Endou-san –
La noticia del despertar de Endou fue discreta, no estaba para grandes celebraciones, aunque despierto y con buena respuesta a las escalas, no quiso ser llevado a otra habitación, no hasta que Fubuki despierte… Natsumi pudo verlo, la dejaron entrar a la sala con cierta protección sanitaria, lloró al ver a Endou despierto, pero a la vez apagado, entendía que su mente debía ser un caos…
A su lado, Fubuki, tenía mejoría pero seguía inconsciente, aunque con buenas señales, Natsumi se acercó un poco, tenía la bata hospitalaria más abierta, se veía todo su pecho y parte del abdomen; su piel clara natural contrastaba un poco con los moretones que tenía, la manta lo cubría del ombligo para abajo, acababan de revisarlo y cambiarle las vendas, acarició su cabello un poco cuidando de moverlo mucho, ya no tenía la máscara de oxígeno con la que lo vio esa noche, respiraba por su cuenta…era alentador.
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A la mañana siguiente, 25 de octubre de 2015
Una sonido de respiración profundo hizo que Endou llamara a la enfermera… seguía con aquella bata, pero estaba más consciente de su mismo ahora… sabía que ya había despertado, pero no podía moverse…
La enfermera entró, y notó movimiento leve en la cama de al lado, sonrió y corrió la cortina…otra ronda médica comenzó esa mañana, Fubuki despertó igual de aturdido que Endou, pero más temeroso y cohibido, quizás la evidente desnudez y moretones de su cuerpo lo intimidaron ante la revisión médica y las pruebas de escala, pero logró responder…
Endou solo lo miraba, pero intentaba a sonreír…
Al estar despiertos, las cortinas no los separaban, podían verse, pero no había palabras todavía… era un silencio algo tranquilo y breve…
— Estás despierto – dijo Endou para llamar la atención de Fubuki –
El joven volteó despacio y miro a Endou con una alegría contenida, sus ojos grises estaban brillando, casi con una vida propia…
— Sí, me alegra verte, Endou – sonrió -
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ANOTACIONES
1. La historia tuvo un final abierto que fue el capítulo 27, Endou es libre y encuentra y a Fubuki, aunque heridos, la verdad sale a la luz parcialmente. En los borradores iniciales, este era el final único; abierto y devastador. Pero considerando el tiempo y la experiencia acumulada, di una extensión.
2. Habrá una final diferente a cómo fue planteado hace 12 años, así que es posible que salgan hasta 4 epílogos para que haya un capitulo muy o demasiado extenso.
3. El 19 de junio de 2013, inició la escritura manual de esta historia y su publicación se dio tiempo después el 23 de diciembre de 2015. Quizás comparta fotos de las anotaciones a mano.
4. Así que para quienes leen la historia, ya marcamos el lapso final.
5. Posiblemente trabaje otras ideas de fanfics para Inazuma Eleven.
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