CHAPTER # 08
- Sentimiento de negación
Desde que regresé a casa permanezco en silencio mirando nuestras fotos, recordando los mejores momentos que tuvimos como familia, como pareja…
Hace poco quedé sola, estoy esperando que nuestro hijo regrese, Endou dijo que lo traería en unas horas. Debe ser difícil para él, estar de un lugar a otro siendo tan pequeño y estando tan acostumbrado a vernos…lo admito; todo esto es un disparate, para mí nada de lo que ha pasado últimamente ha sido real, “es solo una broma” me digo mentalmente mientras comienzo a llorar amargamente.
Riego por toda la habitación tus fotos, cada rincón me hace recordarte y querer verte entrar con esa sonrisa que enamora y a la vez diciendo que me amas.
La realidad es que estoy esperando que regreses, no creo poder resignarme a tu repentina ausencia, no tengo intenciones de cambiar de parecer, simplemente estás de viaje y regresarás en cualquier momento ¿No es cierto?
En medio de mi trance escucho la voz de mi hermano, me llama mientras va subiendo las escaleras…
- Haruna… pero… ¿qué estás haciendo? – pregunta sorprendido al verme recoger el desorden que había hecho momentos antes –
- Arreglando un poco – respondí – Shirou no puede ver este desorden –
- Haruna…tu – decía atónito – no que me digas que… -
- ¿Qué pasa ni-san? Preguntaba fingiendo –
- Sabes que él… ya no está – decía sin salir de su sorpresa –
- Claro que lo sé – decía acomodando las fotos - pero regresará, no puede encontrar la casa al revés – sonreí –
- No creí que llegaras a este punto – decía sacando su celular –
- ¿A quién llamas? – pregunté confusa –
- Es personal – dijo –
- No estoy loca, si es lo que estás pensando – repliqué –
- Por supuesto que no estoy pensando eso – me dijo –
- Más te vale –
El asintió mientras se acercaba a mí…
- Lo mejor será que vayas a mi casa, te quedarás unos días allí – me dijo – le diré a Endou que lleve al niño hasta allá –
- Supongo que estará bien – dije respirando hondo –
Ahora tenía la tarea de hacer maletas para ir a la casa de mi hermano…
Él debe pensar que estoy perdiendo la razón, quizás, pero es la única forma para no llorar que tengo…
Una hora después llegamos, Endou ya estaba ahí, mi niño estaba despierto y sonrió apenas me vio entrar, estaba feliz de verme, tanto que corrió a abrazarme…
- ¡Te extrañé mucho mami! – me dijo –
- Yo también te extrañe – respondí mientras lo abrazaba más fuerte –
A la vez me pregunto, ¿qué es lo que pasará de ahora en adelante?
¿Podré vivir sin ti? ¿Podré vivir por nuestro hijo?
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