CHAPTER #5
Alma viva
Me alegro de saber que mi hijo entenderá mi nueva situación, pero es triste saber que no podré estar ahí cuando me necesite…
Se ha vuelto algo repetitivo pero de nuevo miro mis manos, miro a mi alrededor; todos están saliendo ¿a dónde irán? Me pregunto tontamente.
Mi estado me hace algo más perceptivo y quizás por eso y porque creo saber cuál es el destino al que todos van, es que siento algo pesado en mi pecho…
- Debes despedirte de mí ¿cierto? – hablo al espacio vacío que va quedando – supongo que las cosas deben estar bien así – me dije resignado, ya no hay manera de arreglarlo –
Puedo recordar aún ese día, te prometí que llegaría temprano luego de la actividad que tenía en mi trabajo:
- “Te esperaré, entonces” - - me decías al mismo tiempo que me abrazabas – recuerda que te amo – dijiste –
- “Yo también te amo” – contesté sonriendo –
Salí de casa luego de despedirme de ti y el niño, llegué justo a tiempo; apenas terminaban de llegar todos; no se trataba de nuestros viejos amigo, pero me entendía bien con ellos; era un trabajo temporal mientras retomaba mi rol de entrenador.
Era algo usual, como siempre era asistente en un club deportivo, ese día había invitados para el evento anual; la administración hizo un buen trabajo y todo marchaba bien, me dedicaba en esos momentos a recibir a las demás personas que llegaban.
El clima estaba algo lluvioso, y cuando el reloj marcaba una hora cercana a las 4:00 pm una falla eléctrica comenzó y debido al agite del día nadie lo notó que las llamas rodearon todo, los aparatos y cables que estaban conectados explotaron uno tras otro, ahora debíamos evacuar a todos los asistentes… las llamas y el humo crecían cada segundo.
Admito que el calor no era mi fuerte, sin embargo me las arreglé para ayudar a salir a los niños que estaban conmigo, mientras lo hacía me di cuenta que uno estaba atrapado; me acerqué para ayudarle….
- “¿Te encuentras bien?” –
- “Hay mucho humo, pero estoy bien” – respondió –
Luego escuché como la única puerta que había se cerraba inesperadamente, cargué al niño y me dirigí hasta esa puerta de todos modos, pero por que intentaba no lograba abrirla y dentro solo había humo y calor… comenzaba a costarme respirar normalmente, trate de llamar usando mi teléfono, nadie contestaba…nadie qué hacer, no creo que hubieran pensado en contestar, ¿Quién le haría caso a una llamada en un momento así? Guardé el móvil y comencé a golpear la puerta, si se me complicaba respirar a mí, ¿Qué sería del niño?
Me quité mi chaqueta y se la puse encima en un intento de protegerla, a esas alturas; estar dentro era peligroso para los dos:
- “Estarás bien” – le decía al niño – “te sacaré de aquí” –
El niño me miraba un poco asustado….mientras el fuego crecía, buscaba alguna salida, miraba a todos lados y me topé con una ventana en la parte de arriba del lugar…
- “Una salida” – me dije mentalmente – “trataremos de salir por aquella ventana” – señalé mientras me acercaba –
Comencé a caminar en medio del humo, que me molestaba cada vez más, al punto de hacerme toser repetidas veces….
- “¿Está bien?” – me preguntaba el chico –
- “Claro, descuida – contesté enseguida, aunque en realidad ya no me sentía bien –
El fuego aumentaba y provocaba explosiones repentinas que nos trataban de alcanzar la mayoría de las veces, fue una odisea a la ventana, era obvio que nadie podría lograrlo…pensaba en muchas cosas, pensaba en nuestro hijo, en ti, todos aquellos recuerdos llegaban a mí de repente…
Me empezaba a doler el pecho…y sentía que mi corazón latía irregularmente…
- “Te subiré y luego saltaras fuera” – le dije al niño –
- “¿Y usted?” –
- “Haré lo mismo” – respondí sonriendo – “Vamos” –
Lo cargué de nuevo, pudo abrir la ventana y saltar, tal como le dije…
- “Lo conseguiste” – me dije algo aliviado –
Quería salir, pero mi cuerpo comenzó a dejar de responderme; la pesadez que sentía desde hacía un momento ahora dolía, a tal punto que no podía enfocar mi vista, escuchaba que desde fuera me llamaban, con cierto tono de preocupación, estaba a merced de las llamas y el humo, creo que llegué a mi limite….
- “¡Señor!, ¿está bien? ¡Diga algo!” – llamaba una voz diferente –
Traté de mirar a la ventana para saber quién era…
- “¡Vamos suba!” – dijo – “¡Le ayudaré vamos!” -
Era un joven, era quien me llamaba…
Respiraba con dificultad, pero como pude comencé a subir hasta que el mismo joven logró tomar mi brazo y sacarme… todo se veía más luminoso, resplandeciente…
- “¿Se encuentra bien?” - me preguntaba el chico – “vi salir a mi hermano, él me dijo que usted seguía adentro y que lo había ayudado” – decía mientras notaba un rastro de preocupación en su rostro –
Ahora tosía muy fuerte, no respiraba bien, comenzaba a perder mi conciencia…
- “No creo que…pueda decirle – decía usando lo poco que tenía de aliento - por favor…dile que... venga” – decía mientras sacaba mi teléfono – “este es su número…Haruna” -
Quería decir más pero comenzó la tos nuevamente, perdí la conciencia y todo quedó a oscuras para mí, a lo lejos podía escuchar a los dos chicos; me pedían que resistiera, que abriera los ojos… Quería despertar pero solo me alejaba más, quedando bajo un sueño profundo…
Desperté cuando escuché tu llanto al llamarme, traté de hablarte pero no podías escucharme…cuando supe que no me veías entendí que ahora no puedo estar a tu lado. Eso fue lo que pasó, verte ahora mientras le hablas a mi cuerpo es enormemente doloroso, no quería que sufrieras, no lo quería…. Quiero disculparme por todo esto, quiero que seas feliz…
Aunque no me veas, estoy aquí, justo detrás de ti, viéndote, sin poder decirte que sólo es un mal sueño.
- Te amo… - contestó a tus últimas palabras hacia mí – no sabes cuánto -
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